El hombre es el ser más simple de entre los seres humanos eso explica que no podamos entender al ser más complicado de ellos, la mujer.
Se han descubierto civilizaciones de hace miles de años, se han descifrado sus secretos e incluso la evolución de sus sociedades…Hemos descubierto la existencia de otros planetas e incluso de galaxias muy lejanas…
Descubrimientos médicos para enfermedades que originaban pandemias… El coche eléctrico, el teléfono móvil, la termomix,…
Pero todavía no hemos descifrado lo más importante:
¿QUÉ LES PASA A LAS MUJERES POR LA CABEZA?
La mujer es un ser incierto cuyo mundo me fascina. Y es que cada mujer que he conocido es una civilización, un continente o una galaxia por descubrir. No hay una igual…y ahí es donde todo se complica. Es ahí donde radica el problema.
¿Dónde está el listo (o la lista) que tiene el valor de descifrar este acertijo? Claro, las mujeres encolerizadas podéis recriminarme “¿y a los tíos quién os entiende? pero la respuesta es fácil. Si a estas alturas aún no os habéis dado cuenta de cómo somos, cualquier documental sobre la evolución del australopitecus o del homosapiens, os servirá. Somos así de sencillos (que no simples).
Es cierto que hemos pasado del nivel instintivo de supervivencia de “alimentarse y procrear”…pero vamos, que tampoco hemos llegado mucho más lejos pero en esencia somos así. Todo lo que surja a partir de ahí lo hemos aprendido de vosotras…de las de la “intuición”.
El principio de la navaja de Ockham (Occam) suele afirmar (resumen rollo Fran) que “la teoría más simple suele ser la correcta”. Pues bien, si aplicáis este principio cada vez que os entren dudas sobre cómo actuamos los tíos veréis que se os resolverán muchas dudas. Por ejemplo, si cualquier tío le dice a una chica frases tales como: ¿Quieres que te acerque a casa ahora?, no me importa (y vives a 1 hora en dirección contraria a la suya) ese chico no quiere ser educado, ese quiere tema. ¿Quieres que te deje mis apuntes?/ ¿Me dejas tus apuntes? (la cuestión es que haya “intercambio”)…ese tío quiere cacho. ¿Quieres una copa? ¿un cigarrillo? ¿Llevas hora? ¿Cómo te llamas?...ese huevo pide sal.
Nos os compliquéis mandándonos mensajes subliminales, no los vamos a entender.
Como os decía antes, no hemos evolucionado tanto, es decir, siempre vamos a lo mismo. Lo que han cambiado han sido las formas (que hemos aprendido de vosotras, como la sutileza) y en vez de decir a todas horas “quiero pegar un polvo, darle al metesaca, lucir el taco, frungir…contigo” nos inventamos (repito, por imitación del sexo contrario) estratagemas como esas.
Los hombres podemos decirlo de distintas maneras pero todas ellas significan lo mismo: te quiero meter en la cama o no. Ahora estaréis pensando que soy un gilipollas y yo os digo que os unáis al club (creo que lo fundó mi primera ex) pero con ello intento explicar que cuando un hombre se acerca a una mujer y mantiene una relación prolongada, estrecha y considerada como amistosa…chicas, es que ese Frankfurt pide su ketchup.
No quiere decir que el romanticismo en el hombre haya muerto, es que nunca ha existido. El romanticismo es una herramienta del hombre (a veces inconsciente, porque somos muy sencillos) aprendida de la mujer cuyo único objetivo es conseguir de manera sutil su principal objetivo: frungir!
Bueno, este es solo uno de los principios en los que me baso para lanzar otra teoría. Una que explica porqué los hombre y las mujeres no podemos ser amigos. Aunque este es otro tema que me gustaría tratar con mayor profundidad, ¿Qué tal si lo dejamos para más adelante?
Ahora sí, me despido.
Un abrazo “romántico” para ellas de un sencillo proyecto de hombre.
Y recordad, el camino más corto para llegar al corazón de un hombre es empezando por bajar su cremallera.
No esta mal tu reflexión, aunque carece de sutileza... no has hablado del objetivo de la mujer: procrear en un entorno protegido.
ResponderEliminarRespecto a la teoría que dice que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos... (ver "Cuando Harry conoció a Sally") matizar que esa amistad es imposible, o por lo menos uno de los dos intentará "algo más" (cambiando esa amistad por una relación de pareja) si se siente atraído hacia el otro.
Yo opino que un hombre y una mujer pueden ser amigos siempre y cuando ninguno de los dos se sienta atraído hacia el otro, aunque me parece un debate interesante.
Enhorabuena por tu blog y te animo a seguir colgando tus reflexiones.
Coincido en la dificultad de ese estado de "equilibrio" entre dos personas de sexo contrario. Es una situación o contexto aplicable a la amistad e incluso a las relaciones de "sexo sin compromiso". En otro post dedicado a la "Utopía del follamigo" también se menciona lo complicado de llegar a una comprensión mutua y a un consenso en el que los dos ofrezcan y demanden lo mismo (hombre-mujer, mujer-mujer, hombre-hombre, hombre-perro);)
ResponderEliminarSiempre hay una de las partes que se IMPLICA más
Pero, en mi opinión, creo que es ese estado el que favorece que trabajemos duro en una relación, ya sea amorosa, amistosa o puramente sexual, para no acabar en un estado de puro conformismo. Lo hace más dinámico y divertido.
Gracias por tu comentario. Después de mucho tiempo (suficiente para recopilar más material) me dispongo a retomar las riendas de este blog terapéutico ;)
Un saludo