martes, 22 de febrero de 2011

freedom of Loneliness vs. the condemned of love

Son las dos opciones a las que nos enfrentamos miles de veces a lo largo de nuestra vida. Todas ellas suceden en diferentes contextos y siempre vienen marcadas por sus anteriores experiencias. Experiencias que nos hacen madurar, que nos crean miedos, que nos enseñan otras bondades y que nos llevan a tomar una u otra decisión.

En algún momento miras atrás y ves lo feliz que eras con aquella persona. Recuerdas cómo te miraba, cómo te besaba, cómo te hacía sentir…recuerdas cómo imaginabas vuestro futuro en aquella casa de tejas rojizas, de vallas blancas y porche ajardinado.
Si recuerdas eso ahora, lleno de melancolía, es que estás soltero y hace tiempo que no mojas.

Todas esas preocupaciones, retrospectivas al pasado, suelen aparecer en algún momento en la vida del soltero pero si te sirve de consuelo, lo mismo les ocurre a los felizmente emparejados e incluso a los casados y padres de familia.

Miran atrás y ven aquellos maravillosos años dorados de libertad, aquellos desenfrenados momentos de sexo despreocupado y sin compromiso, fiestas que sólo acababan con el amanecer y una buena resaca, sin responsabilidades más que aquella de sobrevivir para la siguiente ocasión. Echan de menos incluso aquella cerveza que se convertía en 3 más, una copa y la extensión de una tarde llena de divertidos momentos con tus amigos (porque sólo estabais ellos y tú). Cosas de las que ahora tú disfrutas y de las que te regocijas en ese sofá de cuero gastado en el que te sientas cada día… solo. Y como única compañía, la sombra proyectada de un marco en el que una vez hubo una foto. Una que todavía recuerdas y que te niegas a volver a ver pero de la que serías capaz de describir cada detalle.

Fotos y no sólo una, abundan en mesas y estantes de toda la casa. Fotos que pusiste para recordarte que una vez fuiste joven, feliz y despreocupado. Una fina lámina de cristal separan tu “yo” libre y solitario de la condena de tu amor en pareja. Ese amor que te espera con calidez en la cama cada noche y te da un motivo por el que madrugar cada mañana. Ese amor que te hace sentir único y deseado…
…ese amor del que tu careces, hombre libre-soltero, y del que te escondes cada noche tras un cuerpo desconocido y sin nombre. Un cuerpo que te da la dosis justa para sentirte vivo y que a la vez te crea esa ansiedad por dejarlo…y cambiarlo por uno nuevo, diferente y, otra vez más, desconocido.

Tú que no ofreces amor sino tu cuerpo ardiente y desgarrado por dentro,…tú que acaricias sin dulzura, besas sin cariño y penetras sin deseo…tú que te sacias de orgasmos falsamente tuyos, y que con la noche te muestras tierno para que los primeros rayos de la mañana descubran la dureza de tu marcha, de tu partida, de la salida de un lugar al que no fuiste, de un lugar al que no volverás, de un lugar donde una vez más no encontraste el amor…

Ese amor del que presumes, hombre encadenadoalamor, y con el que te consuelas. Ese amor que a veces tienes que recordar porque el tiempo lo ha ido emborronando. Ese amor acostumbrado, ese frente a frente en una cama fría en donde las miradas ya no se cruzan, donde los pensamientos divergen y donde la pasión se reduce de horas a minutos. Esa cama que un día te proclamó Dios y que hoy te hace el más humano de los humanos.

La dualidad del sentimiento presente en el hombre lo hace sensible a cada momento vivido, lo hace deprimirse y lo revitaliza al mismo tiempo. Lo hunde en lo más profundo para luego hacerle volar. Una noche de sexo impersonal, una mañana de amor correspondido,…un recuerdo, una historia, un hecho y un presente.

Y tú, ¿dónde te encuentras?

 



La insoportable “simplicidad” del ser

El hombre es el ser más simple de entre los seres humanos eso explica que no podamos entender al ser más complicado de ellos, la mujer.
Se han descubierto civilizaciones de hace miles de años, se han descifrado sus secretos e incluso la evolución de sus sociedades…Hemos descubierto la existencia de otros planetas e incluso de galaxias muy lejanas…
Descubrimientos médicos para enfermedades que originaban pandemias… El coche eléctrico, el teléfono móvil, la termomix,…
Pero todavía no hemos descifrado lo más importante: 
¿QUÉ LES PASA A LAS MUJERES POR LA CABEZA?

La mujer es un ser incierto cuyo mundo me fascina. Y es que cada mujer que he conocido es una civilización, un continente o una galaxia por descubrir. No hay una igual…y ahí es donde todo se complica. Es ahí donde radica el problema.

¿Dónde está el listo (o la lista) que tiene el valor de descifrar este acertijo? Claro, las mujeres encolerizadas podéis recriminarme “¿y a los tíos quién os entiende? pero la respuesta es fácil. Si a estas alturas aún no os habéis dado cuenta de cómo somos, cualquier documental sobre la evolución del australopitecus o del homosapiens, os servirá. Somos así de sencillos (que no simples).



Es cierto que hemos pasado del nivel instintivo de supervivencia de “alimentarse y  procrear”…pero vamos, que tampoco hemos llegado mucho más lejos pero en esencia somos así. Todo lo que surja a partir de ahí lo hemos aprendido de vosotras…de las de la “intuición”.

El principio de la navaja de Ockham (Occam) suele afirmar (resumen rollo Fran) que “la teoría más simple suele ser la correcta”. Pues bien, si aplicáis este principio cada vez que os entren dudas sobre cómo actuamos los tíos veréis que se os resolverán muchas dudas. Por ejemplo, si cualquier tío le dice a una chica frases tales como: ¿Quieres que te acerque a casa ahora?, no me importa (y vives a 1 hora en dirección contraria a la suya) ese chico no quiere ser educado, ese quiere tema. ¿Quieres que te deje mis apuntes?/ ¿Me dejas tus apuntes? (la cuestión es que haya “intercambio”)…ese tío quiere cacho. ¿Quieres una copa? ¿un cigarrillo? ¿Llevas hora? ¿Cómo te llamas?...ese huevo pide sal.

Nos os compliquéis mandándonos mensajes subliminales, no los vamos a entender.
Como os decía antes, no hemos evolucionado tanto, es decir, siempre vamos a lo mismo. Lo que han cambiado han sido las formas (que hemos aprendido de vosotras, como la sutileza) y en vez de decir a todas horas “quiero pegar un polvo, darle al metesaca, lucir el taco, frungir…contigo” nos inventamos (repito, por imitación del sexo contrario) estratagemas como esas.

Los hombres podemos decirlo de distintas maneras pero todas ellas significan lo mismo: te quiero meter en la cama o no. Ahora estaréis pensando que soy un gilipollas y yo os digo que os unáis al club (creo que lo fundó mi primera ex) pero con ello intento explicar que cuando un hombre se acerca a una mujer y mantiene una relación prolongada, estrecha y considerada como amistosa…chicas, es que ese Frankfurt pide su ketchup.

No quiere decir que el romanticismo en el hombre haya muerto, es que nunca ha existido. El romanticismo es una herramienta del hombre (a veces inconsciente, porque somos muy sencillos) aprendida de la mujer cuyo único objetivo es conseguir de manera sutil su principal objetivo: frungir!

Bueno, este es solo uno de los principios en los que me baso para lanzar otra teoría. Una que explica porqué los hombre y las mujeres no podemos ser amigos. Aunque este es otro tema que me gustaría tratar con mayor profundidad, ¿Qué tal si lo dejamos para más adelante?

Ahora sí, me despido.
Un abrazo “romántico” para ellas de un sencillo proyecto de hombre.

Y recordad, el camino más corto para llegar al corazón de un hombre es empezando por bajar su cremallera.

domingo, 20 de febrero de 2011

El juramento hipocrático


No, no me refiero al juramento como médico, aunque también pretendo curar la ignorancia y la tontería que hay en el mundo. El tema de hoy va dedicado a los hipócritas que hacen juramentos, aquellos del “siempre te amaré, nunca te olvidaré y tú chupa chupa que cuando me corra te aviso” aunque todavía voy más allá. Hablo de aquellos hipócritas que piden respeto cuando no conocen el verdadero significado de esa palabra.


Nuestra wikipedia define Respeto o reconocimiento como la consideración de que alguien o incluso algo tiene un valor por sí mismo. Por lo que yo destaco que cuando le faltas el respeto a alguien le estás diciendo indirectamente que no vale una mierda.
El respeto empieza por uno mismo y se expande a cada cosa, situación o persona que tenemos alrededor.

En una relación, no sólo se falta el respeto cuando agredes verbalmente a la otra persona. La falta de confianza, los celos en general, son una gran muestra de falta de respeto. Os lo dice uno que tiene un máster en hipocresía especializado en celos.

Cuando desconfías de tu pareja le estás diciendo que no la valoras. No trates de arreglarlo diciendo lo típico de “No, si yo confío en ti. De lo que no me fío es de los cabrones que tienes alrededor” porque seguirás faltándole el respeto. Confiar en una persona implica reconocer su valor, demostrarle respeto.

Hacerme caso, si tu novia quiere ponerte los cuernos lo puede hacer y tú no te vas a enterar. Puedes o no, creerlo, confiar en ella pero si lo haces tienes que cumplir con todo lo que ello implica. Si ella te quiere no buscará un sustituto, si ella te quiere no dejará que ningún aspirante a sustituto…pues eso, te sustituya.


Pero claro, esto tienes que cultivarlo. ¿Cómo pretendes que ella te demuestre esa confianza si tú no haces lo mismo? Si le dices “no me hace gracia que bailes con ese amigo tuyo que sé que te pretende” y luego eres el primero que cuando sale de parranda con sus amigos se reboza entre féminas haciendo el baile del pájaro de Wyoming…permíteme que te diga amigo que eres un gran HIPÓCRITA. Si le dices que “prefiero que compartas piso con chicas” y luego tú tienes un hostal erasmus del sexo opuesto en casa… amigo, eres doblemente hipócrita.


En definitiva, si toda esa energía que gastas haciendo de investigador privado la invirtieras en ganarte la confianza de esa persona, vivirías mucho mejor, ahorrarías en antiácidos y te asegurarías un futuro en pareja.


Si te asaltan tantas dudas es posible que el buzón de mensajes de tu conciencia esté a parir de avisos nuevos de que algo no estás haciendo bien. De lo contrario, podrías estar tranquilo.
No descargues tu frustración, tu falta de autoestima o tus problemas verdaderos con falsos fantasmas robanovias. Dedícate a entrenar tus sentimientos y lucha por tu relación de una manera sana, lógica, respetuosa y, sobretodo, SINCERA.


Esto último es en lo que más insisto. Todo el mundo coincide en que hay que pelear por lo que uno quiere y en cierto modo tienen razón pero no todo se queda en eso. Tienes que saber perfectamente qué es lo que quieres para poder luchar por ello. Si te ciegas irás como caballo de carreras ganador hacia un despeñadero: con intensidad, pasión y sin cabeza. Pero como en este tipo de cosas es un juego de dobles, en parejas…un juego en equipo, tendrás que pensar también en tu compañero en si él/ella está dispuesto a “correr” al mismo nivel que tú, si realmente está preparado para acabar esa carrera o por lo contrario, significaría llegar a la meta cansado, destrozado y lesionado.

En fin amigos, sólo puedo decir que seáis lo menos hipócritas posible y que os respetéis a vosotros mismos, a los que están a vuestro alrededor y a vuestras parejas. Confiad en ellos y ellos confiarán en vosotros, y si la duda es tan grande, por favor, terminadlo cuanto antes no os lastiméis más. Viviréis mejor.

Pero claro, esta es solo mi opinión sobre algo de lo que no tengo ni idea.

sábado, 19 de febrero de 2011

Próximamente

Y bien, lo prometido es deuda. Sólo es cuestión de tiempo que me familiarice con este nuevo sistema de pérdida de mi intimidad. Y como lo que prometo es poco pero me gusta cumplirlo, os prometo que seré el mismo coñazo que os distraía cada mañana, tarde, noche y madrugada en vuestro facebook.
Voy a ser el mismo gamberro simpático de siempre.
y esto sólo es un aviso.
Ahora sólo tengo que salir ahí a fuera a impregnarme de buenas y malas experiencias que me den algo para escribir...pero hasta entonces, tengo muchas cosas que contaros.


Venga acércate que te pongo al día ;)